Hemos recibido innumerables mensajes de nuestra queridísima Federación Apostólica de Familias, por lo que deseamos por su intermedio, agradecer a todos por su inmensa bondad, cariño, compañía y oraciones.
María Francisca cumplió, el recién pasado día 19, nueve añitos de vida. Tuvimos la suerte de compartir con ella el 18, 19 y 20, celebrando días de reuniones familiares y el de su cumpleaños.
La Panchi, como le gustaba que la llamáramos, era un lider entre sus primos, todos menores, que veían en ella una persona dedicada a entretenerlos y a jugar con ellos, con una paciencia y cariño tremendos.
Con nosotros y con sus padres y tíos, ella colmó nuestra vida con su cariño, besos y pensamientos muy originales.
Hace un año exigió ver las noticias de las 21.00 hrs. y ante la negativa de sus padres que preferían que durmiera y le hicieron la pregunta de por qué hacía esta petición, ella dijo "para poder opinar".
De una memoria excepcional, respondía e intervenía, como al pasar, de las conversaciones de los mayores, sin dejar de jugar y con una alegría desbordante.
Sus padres, Fernando y Magaly, desean que este doloroso episodio se vea a la luz de Dios.
Primero quieren testimoniar un doble sentimiento de agradecimiento. Primero porque Dios, en su infinita bondad, se llevó a la Panchi sin dolores y angustias. Segundo, por que la tuvieron de regalo 9 años, y pudieron gozar de su compañía y cariño aprendiendo a ser padres con su hijita mayor
También desean que esta partida tenga sentido en una contribución de ellos, en el plan de Dios, a todas nuestras familias y matrimonios de abuelos y hermanos. Por último se reservan intenciones particulares por asuntos específicos, que requieren de cruz y sacrificio, que entregan alegremente al Señor de la Vida.
La serenidad y tranquilidad, en un dolor desgarrador, son resultado de la inmensa cantidad de oraciones mundiales de los Focolares, carismáticos, Taitzé y por supuesto de Schoenstatt, donde la Federación, Frauen, Instituto de Familias, Hermanas, Padres y Liga Apostólica, colegios, Tabor y Nazaret, monjas argentinas y Mariano, entre otros, rezaron con fervor por ella y nuestra familia.
A nosotros, Lola acertadamente me dijo, nos enseñó a ser abuelos. Nuestra nietecita mayor nos mostró el cariño desinteresado de nuestros pequeños hijos, ahora renovado en una niñita alegre y amorosa, que a nuestra edad , nos hace comprender mejor, que en la vida sólo importa el cariño.
Ella era y le gustaba ser princesa. Con ésa ropa se dirige a su destino final..
Le hemos pedido al Señor y a la Mater que la reciban y cuiden en el cielo. Nosotros particularmente les pedimos a ellos, que le
pongan el canal 10 de los monitos, le regalen las hamburguesas y las golosinas, ahora celestiales, que tanto le gustaban.
El sillón frente a la tele está vacío, ya no la podremos arropar, pero ahora ella nos cuidará a nosotros en su cercanía de Dios, la Mater y nuestro Padre Fundador.
Esta noche ella se ha encontrado con el Señor y la Mater, cara a cara, ha comprendido todas las verdades y se ha dado cuenta que el cielo es donde está Dios y no hay otro sitio mejor en toda la creación.
Por haber podido ver su vida y su partida a la luz de la Fe, gracias a sus oraciones, les testimoniamos nuestra gratitud y cariño.
Besos para todos
Lola y Fernando
